En medio de la pradera
un poste va a la carrera. Lleva en la punta los ojos, el ocico y las orejas. |  |
Nadie admira tu cantar, ni tus patas,
ni tu pico. Todos se quedan prendados de tu espléndido abanico. |  |
A veces soy mensajera y símbolo
de la paz; en los parques y jardines también me podrás encontrar. |  |
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Todo lo lleva delante
los colmillos para la lucha y la trompa para la ducha. |  |
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